Fuera de la vorágine de plantas, hay un bosque de "18 superárboles" - jardines verticales de hasta 50 metros de altura que capturan el agua de lluvia y están cubiertos con paneles solares que proporcionan energía suficiente para iluminar los árboles por la noche.
El efecto calor isla se produce en paisajes urbanos que se caracterizan por tener pavimento, asfalto y hormigón -todos ellos materiales que pueden absorber el calor. La temperatura media anual de una ciudad de un millón de personas o más, puede ser de hasta 3 ºC más que en las zonas rurales circundantes, según la Agencia de Protección Ambiental de EE.UU. Este aumento de temperatura, provoca que durante el verano, la demanda de energía aumente, provocando incrementos en el consumo debido a un mayor uso de los sistemas de aire acondicionado con el consiguiente incremento en las emisiones de gases de efecto invernadero.
Además, el valor de la vegetación en las zonas urbanas va más allá de refrigeración y sombra, puesto que puede ayudar a mejorar la calidad del aire y el agua a través de mecanismos de filtrado naturales.
Un nuevo estudio publicado en la revista Environmental Science & Technology muestra que la hierba, hiedra y otras plantaciones urbanas, además de árboles, pueden reducir los niveles de dióxido de nitrógeno y otras partículas atmosféricas en hasta un 40 y 60 por ciento respectivamente. Ambos son contaminantes que puedan ser nocivos para la salud humana.
Fuente: National Geographic
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