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miércoles, 25 de marzo de 2015

Ahorra energía mientras trabajas: CONSUMOS INDIRECTOS


Los procesos de producción de papel, plásticos y consumibles usados a diario en todas las oficinas son grandes consumidores tanto de energía y materias primas como de agua. Por eso, aunque su impacto sobre el consumo de energía de nuestra organización u oficina sea indirecto, es muy importante que la organización y el usuario realice un seguimiento de estos materiales y minimice su consumo en la mayor medida posible, contribuyendo así a la reducción del consumo de energía, agua y materias primas necesarios para su fabricación y tratamiento, así como los residuos generados por la oficina.





Consejos Prácticos


  1. Si está en tu mano, utiliza/promueve el uso de cartuchos de tinta y/o tóner reciclados. Sitúa los cartuchos utilizados en un contenedor para facilitar la recogida. Existen entidades gestoras autorizadas que podrán encargarse de la recogida de los cartuchos usados.
  2. Evita el uso de aparatos que funcionen con pilas. Es preferible usar la red eléctrica, o en su defecto, pilas recargables. Incentiva el uso de cargadores y calculadoras solares (con células fotoeléctricas).
    La energía que producen las pilas es más de 600 veces más cara que la de la red.
  3. Utiliza el lápiz de memoria en lugar de CD/DVD’s y, en caso de utilizar estos últimos, comprime los archivos y emplea CD/DVD’s regrabables para minimizar los recursos al máximo.
  4. Evita el consumo de productos de un solo uso (como por ejemplo vasos y menaje de plástico), dando prioridad a elementos recargables o reutilizables.
  5. Disminuye el consumo de papel:
    - No uses cubierta en los faxes. Se ahorra papel y tiempo de transmisión
    - Utiliza la cara en blanco de hojas ya impresas para faxes, imprimir borradores de trabajos, etc.
    - Recuerda que las pizarras en las que se escribe con tiza, tinta o rotulador son preferibles a los recambios de papel.
    - Si está en tu mano, promueve la compra de faxes que utilicen papel normal en lugar de papel térmico. Frente al papel normal, que si no está sucio es un residuo que se recicla fácilmente, los papeles plastificados, los térmicos para faxes y los autocopiativos no se pueden reciclar.
    - Ten en cuenta que fotocopiar a doble cara reduce el papel utilizado a la mitad.
    - Imprime utilizando la opción “2 páginas por hoja”.
    - Promueve la utilización de papel reciclado (se recomienda blanqueado, sin compuestos clorados, y con un 50% de fibra reciclada). Además del ahorro en materias primas, requiere un menor gasto de energía en su elaboración.
    - Trabaja en soporte informático: usa el correo electrónico para comunicaciones internas y externas. Las redes informáticas de comunicación interna (intranet) y el correo electrónico facilitan el envío y recepción de información, sin necesidad de utilizar el papel.
    - Revisa los textos en el PC antes de dar la orden de impresión, a través de la vista previa o a través del corrector ortográfico, para evitar imprimir documentos con errores que tengan que ser reimpresos.
    - Reutiliza los sobres para envíos internos.
    - Elimina las suscripciones innecesarias de folletos, periódicos y revistas, fomentando las suscripciones a boletines electrónicos.


    Para una misma producción de papel, en el caso de ser nuevo necesitaríamos 17 árboles, 100 m3 de agua y 7.600kWh frente al papel reciclado, donde necesitaríamos cero árboles, 20 m3 de agua y 2.850 kWh, es decir, se obtienen ahorros del 62,5%.

    La energía requerida para fabricar una hoja de papel es varias veces superior a la energía necesaria para fijar un texto en la misma.



Fuente: Ministerio de Industria

miércoles, 18 de marzo de 2015

Ahorra energía mientras trabajas: ASCENSORES


Los ascensores originan un consumo de energía eléctrica y unos gastos por averías y mantenimiento considerables. Un uso racional del ascensor, tanto por parte del personal como de los usuarios del edificio, puede suponer ahorros importantes.



Consejos Prácticos
  1. Procure siempre que sea posible subir o bajar andando por las escaleras de la oficina, especialmente entre plantas contiguas. Para alturas por debajo del tercer piso es mucho más saludable, económico y ecológico subir y bajar a pie que hacerlo en el ascensor. Por debajo del quinto piso, se ahorra energía y tiempo e incluso es más saludable bajar a pie hasta la calle.
  2. En caso de que el edificio disponga de varios ascensores con más de 1 botón de llamada, es conveniente pulsar sólo uno de ellos. Así se evita que se realicen viajes innecesarios. En ocasiones, casi inconscientemente, se pulsa el botón de llamada del ascensor y pasado un tiempo de espera se cambia de opinión y se baja o se sube andando con lo que se genera un consumo de energía innecesario.
  3. Básicamente existen dos tipos de ascensores: eléctricos e hidráulicos. Dentro del primer grupo, los ascensores eléctricos de última generación (con alta eficiencia energética) ahorran hasta un 60% de energía frente a los ascensores hidráulicos, y generan hasta 10 veces menos ruido.


    Fuente: Ministerio de Industria

miércoles, 11 de marzo de 2015

Ahorra energía mientras trabajas: EQUIPAMIENTO OFIMÁTICO


El concepto de ofimática hace alusión al equipamiento hardware y software usado para idear, crear, coleccionar, almacenar, manipular y transmitir digitalmente la información necesaria en una oficina para realizar tareas. En algunos edificios dedicados a oficinas, el equipamiento ofimático (ordenadores, impresoras, fotocopiadoras, faxes, etc.) puede consumir hasta el 20% de la electricidad. Los ordenadores personales, por su número, son los principales responsables del consumo energético, en torno a la mitad del porcentaje anterior.



Los equipos eficientes, los sistemas de ahorro de energía y determinadas actitudes en la selección y el uso de los equipos, son esenciales para lograr el objetivo de ahorro energético. Además, el consumo energético de estos equipos lleva asociado un aumento de la carga térmica de los edificios, y por consiguiente un aumento del consumo energético de los sistemas de climatización que puede evitarse.

Consejos Prácticos

  1.  Utilice las funciones apagar, suspender e hibernar según su actividad.
    Es recomendable apagar el ordenador para pausas largas de más de una hora (horas de comida, reuniones, finalización de la jornada laboral, fin de semana, viajes, vacaciones, etc.). En los dos últimos casos se recomienda además no dejar los equipos en modo stand-by.
    Se recomienda suspender el ordenador en periodos cortos que no se utilice el equipo (10-30 minutos). Esta función permite seguir descargando información y ejecutar los programas activos.
    Se recomienda utilizar la función hibernar durante periodos largos de inactividad, ya que evita tener que cerrar todos los archivos, apagar, reiniciar y volver a abrir los archivos...
  2. Los ordenadores y monitores que disponen del logotipo Energy Star son capaces de pasar a un estado de baja energía transcurrido un tiempo determinado, que suele estar fijado en 30 minutos. En este estado de baja energía el consumo de cada elemento será inferior a 30 W (vatios). Más concretamente, los monitores que disponen de este logotipo usan entre un 25 y un 60% menos de electricidad que los modelos estándar, y consumen en modo Suspender 2W o menos, y en modo Apagado 1W o menos. Por tanto, se recomienda al usuario o administrador de sistemas, configurar adecuadamente el modo de ahorro de energía (Energy Star o similar), para que se active correctamente pasado un tiempo de inactividad. En el caso de las impresoras, destacar que son un 25% más eficientes si poseen la etiqueta Energy Star.
    Respecto al comportamiento de los usuarios, según el proyecto Efforts, que el tiempo que el ordenador no está siendo utilizado interactivamente por el usuario es del orden de 2 horas por usuario y día. Una configuración correcta del sistema Energy Star del ordenador, permite disminuir el consumo durante esas 2 horas de inactividad.

    Un ordenador portátil consume un 50% menos que uno de sobremesa. Por otro lado, una pantalla plana consume entre un 50-70% menos que una convencional.
  3. Se aconseja apagar la pantalla del monitor al hacer paradas cortas, de unos 10 minutos. Además, ajustando el brillo de la pantalla a un nivel medio se ahorra entre un 15-20% de energía. Con el brillo a un nivel bajo, fijado así en muchos portátiles por defecto cuando funcionan con la batería, el ahorro llega hasta el 40%. Elegir imágenes con colores oscuros para el fondo de pantalla del escritorio implica un 25% menos de energía, en promedio, sobre la que requiere una página blanca para desplegarse. La utilización de salvapantallas o protectores de pantalla no disminuye el consumo energético, pues su misión es proteger la pantalla del monitor de posibles deterioros en la capa de fósforo. Sin embargo, la utilización del salvapantallas sin imágenes (negro) produce un ahorro energético de 7,5W en comparación con cualquier otro salvapantallas con animación en el monitor. Es aconsejable un tiempo de 10 minutos para que entre funcionamiento este modo de salvapantallas.
  4. Dejar un equipo en modo stand-by consume energía. Muchos equipos utilizados a diario en las oficinas (ordenadores, reproductores de DVD, vídeos, televisores, equipos de música) incorporan pilotos de luz en modo de espera, de modo que cuando estos aparatos no se están usando se sigue consumiendo electricidad (hasta un 15% de la electricidad que emplean en condiciones normales de funcionamiento).
    Si tu oficina dispone de regletas de enchufes con interruptor incorporado, apaga el interruptor de la regleta al finalizar la jornada laboral. Así cortarás el suministro energético a todos los aparatos conectados a ésta.
  5. Existen varias medidas para conseguir ahorros en el empleo de la impresora:
    - Imprimir documentos por las 2 caras, utilizando las funciones de ahorro de tinta, en blanco y negro o en función borrador.
    - Acumular el envío de los trabajos a la impresora y agitar el cartucho de tóner cuando empieza a avisar de que se está agotando, ya que se pueden hacer muchas copias aún.
    - Establecer un apagado centralizado de todos los aparatos ofimáticos que no necesiten funcionar fuera de la jornada laboral, como por ejemplo las impresoras, logrará disminuir el consumo energético. Si la impresora es local, se sugiere apagarla siempre que no esté siendo utilizada y solicitar la configuración de los sistemas de ahorro de energía disponibles.

    La utilización de impresoras de chorro de tinta representa 80% menos consumo de energía que las impresoras láser.

     
  6. Las fotocopiadoras son elementos con gran consumo energético (aproximadamente 1kW de potencia) entre los equipos ofimáticos. Agrupe, en lo posible, los trabajos en tandas para favorecer la prolongación del tiempo en que pueda actuar el sistema de estado de baja energía. Además puede:
    - Solicitar la configuración del modo ahorro de energía a la persona encargada de la misma, o si no dispusiera de él, solicitar que se le instale.
    - Vigilar que la fotocopiadora se apaga al abandonar el personal la oficina o centro de trabajo, para que ésta no consuma electricidad durante la noche y los fines de semana. Para ello, puede promover que la última persona que abandone el despacho/sala/planta apague la misma. No lleva más de unos instantes realizar esta labor y, sin embargo, el ahorro puede ser importante.
  7. Para escáneres, plotter, faxes, etc., se sugiere configurar los sistemas de ahorro de energía, y evitar que los equipos estén encendidos durante el tiempo en que no sea necesario su funcionamiento. Es conveniente que el fax pueda utilizar papel normal que, además de ser más barato que el térmico, no pierde la información con el paso del tiempo y requiere menos energía para su fabricación. Puesto que el fax está conectado las 24 horas del día, configurar el modo de espera conseguirá disminuir el consumo en un 75%.
  8. No hemos de olvidar que si le van a cambiar el ordenador, recuerde que determinadas piezas del equipo pueden ser reutilizadas (ratón, teclado, cables…).


    Fuente: Ministerio de industria

miércoles, 4 de marzo de 2015

Ahorra energía mientras trabajas: ILUMINACIÓN


El concepto de iluminación engloba al conjunto de dispositivos que se instalan para producir ciertos efectos luminosos, tanto prácticos como decorativos. Un buen sistema de alumbrado es aquel que proporciona suficiente luz en el lugar correcto y en función al uso que se quiere dar al espacio iluminado, nivel que dependerá de la tarea que los usuarios hayan de realizar. De esta forma, los ocupantes pueden realizar su trabajo eficientemente y sin fatiga.





Una buena iluminación mejora el aspecto de un espacio y puede proporcionar un ambiente de trabajo agradable, si bien no hay que olvidar que la iluminación en oficinas puede suponer hasta el 30% del consumo energético total.


Para evitar el despilfarro, la iluminación debería ser energéticamente eficiente. Manteniendo el confort lumínico, una sustitución de lámparas por otras de tecnología más eficiente supone unos ahorros de hasta el 50% del consumo en iluminación.


El alumbrado no debería proporcionar una iluminación innecesariamente alta, ni estar en funcionamiento cuando no sea necesario. Una sobreiluminación puede ser tan molesta y perjudicial como un nivel de iluminación insuficiente.



Consejos Prácticos

  1. Existen diversas maneras de aprovechar la luz natural, como por ejemplo mover los objetos (armarios, estanterías, plantas) que impidan el paso de la luz, colocar las mesas de trabajo en la proximidad de las ventanas, mantener las persianas abiertas, etc. De esta forma, podremos reducir el consumo de energía eléctrica (siempre que la sectorización sea correcta y/o estén reguladas).

  2. Es conveniente disponer en la oficina de interruptores que permitan el encendido y apagado por zonas. Si es así, se podrán utilizar sólo aquellas luces que realmente son necesarias, apagándolas cuando no se estén usando, aunque sean periodos cortos. Se estima que el buen hábito de apagar la luz cuando no es necesaria, puede representar un ahorro de energía de hasta un 10% de lo que se consume en iluminación.
    Es un falso mito pensar que dejar las luces encendidas consume menos energía de lo que supone estar encendiendo y apagando el interruptor. No obstante hay que tener cuidado ya que un encendido y apagado frecuente acorta la vida de la lámpara. Si en la dependencia se produce un número elevado de encendidos y apagados, es mejor emplear lámparas de tipo electrónico, ya que los fluorescentes sufren una pérdida importante de su vida útil. Es mejor utilizar lámparas con equipos electrónicos preparados para ello.

  3. Para que no se nos queden luces encendidas innecesariamente, es conveniente advertir a los últimos compañeros en abandonar la oficina que no olviden apagar las luces. Los servicios de limpieza, conserjes, personal de seguridad, etc. desempeñan un papel importante en esta acción.
    Una sola bombilla de 100W de potencia consume, en el tiempo que está encendida, casi lo mismo que una televisión de tipo medio.

  4. La instalación adecuada de sistemas de control de la iluminación permite importantes ahorros de energía. Algunas medidas de control de iluminación son:
    - Colocar detectores de presencia en las zonas de paso y acceso: garajes, almacenes, servicios. Pueden producir ahorros importantes de energía.
    - Dar preferencia a la iluminación localizada adaptándola a las necesidades de cada puesto de trabajo.
    - Aprovechar al máximo la luz natural, empleando reguladores electrónicos de intensidad luminosa en las luminarias cercanas a las ventanas.
    - Reducir el nivel de iluminación en los espacios de menores requerimientos (pasillos) o en caso de que la exigencia de las tareas desarrolladas lo permitan (limpieza).

    Los ahorros alcanzados utilizando sistemas de control de iluminación se encuentran entre el 15-50% de la electricidad que normalmente se utiliza para iluminación.

  5. Un apartado muy imporante para el ahorro en la iluminación está en las medidas a tomar para el mantenimiento de la misma. El nivel de iluminación desciende cuando se ensucian las lámparas y luminarias, lo que puede conllevar el encendido de más puntos de luz y un mayor consumo de energía. Para evitarlo, promueva la limpieza periódica de estos elementos. Además de ahorrar energía, mejorará la calidad de la iluminación.

  6. La iluminación de emergencia de los edificios sigue siendo mayoritariamente de balizamiento mediante bombillas de incandescencia. La potencia unitaria de estas bombillas es muy baja, pero se mantienen encendidas permanentemente durante todo el año. Su sustitución por sistemas LED supone un ahorro energético considerable.
  7. Y por último, y de lo más importante, las lámparas incandescentes convencionales poseen un rendimiento de tan sólo el 5% (es decir, de la energía consumida, sólo el 5% se transforma en energía útil) y aunque son más baratas, su duración es de sólo 1000 horas. Las lámparas halógenas poseen un rendimiento algo mejor que las anteriores (10%), mayor duración (3000 horas) y una mayor calidad de luz, lo que las hace ser empleadas con carácter ornamental. Sin embargo, los tubos fluorescentes y las denominadas lámparas de bajo consumo (fluorescentes compactas), a pesar de su precio inicial duran 8 veces más, consumen un 75% menos y reducen a una cuarta parte la generación de calor. Puedes incorporar gradualmente las lámparas de bajo consumo o LED, aprovechando las necesidades de sustitución, consiguiendo así cambiar lámparas de mayor consumo por otras de consumo más reducido. A pesar de ser más caras, la amortización y el ahorro están garantizados.

    Hemos de tener en cuenta que la suma de varias bombillas en un solo aplique da menor rendimiento, para igual potencia, que una única bombilla. Por ejemplo, seis bombillas incandescentes de 25W dan la misma luz que una de 100W pero consumen un 50% más de energía.



Fuente: Ministerio de Industria