Algunos consejos prácticos:
- Las ventanas son uno de los elementos de la envolvente térmica del edificio a través de los cuales se produce un mayor intercambio de frío y calor con el exterior.
¿Qué puedes hacer para evitar estas pérdidas en climatización?
- Si tu fachada dispone de persianas exteriores y tiene orientación norte, utilízalas de modo que impidan el paso del frío en invierno cuando no haya aporte solar.
- Si tu fachada tiene orientación sur, observa si posee protecciones solares fijas, toldos u otras protecciones móviles. Si utilizas estos dispositivos de manera conveniente tal que sombreen los vidrios en la época veraniega y permitan el paso del sol en invierno, conseguirás ahorrar energía.
¿Qué mejoras pueden realizarse?
A través de un cristal simple se pierde por cada m2 de superficie, durante el invierno, la energía contenida en 12 kg de gasóleo. Los sistemas de doble cristal o doble ventana reducen prácticamente a la mitad la pérdida de calor con respecto al acristalamiento sencillo y, además, disminuyen las corrientes de aire, la condensación de agua y la formación de escarcha.
El tipo de carpintería también es determinante: Las carpinterías denominadas de rotura de puente térmico contienen materiales aislantes entre la parte interna y externa del marco, por lo que su conductividad térmica es significativamente inferior a las de hierro o aluminio tradicionales - La ventilación natural consiste en permitir el flujo de aire exterior consiguiendo que las temperaturas se mantengan en los niveles de confort, de manera que se elimine o minimice la necesidad de sistemas de refrigeración en el verano. La calidad del aire mejora, asegura una buena ventilación y, a su vez, ahorra dinero y energía.
¿Cómo se consigue?
Con una distribución más eficiente del espacio de trabajo y utilizando la apertura de los ventanales, especialmente durante las primeras horas de la mañana.
¿Qué beneficios me aporta?
Las personas por lo general se sienten mucho mejor en un edificio con ventilación natural que en uno climatizado.
- Los niveles de temperatura que normalmente se dan en los centros de trabajo son superiores a lo necesario, generando un gasto superfluo de calor en invierno y de frío en verano. ¿Cuáles son las temperaturas óptimas cuando hablamos de climatización? En los edificios de las Administraciones Públicas (exceptuando los hospitales) se establece que la temperatura de refrigeración no debe ser inferior a 26ºC (humedad relativa entre 45% y 60%) y la temperatura de calefacción en invierno no debe superar los 21ºC (humedad relativa entre 40% y 50%). Estas condiciones de temperatura y humedad se han fijado en base a la actividad metabólica de las personas, su grado de vestimenta y el porcentaje estimado de insatisfechos, de modo que se logra un confort térmico estándar para los usuarios. En líneas generales, estos valores también pueden considerarse apropiados en edificios de otros usos. El mantener unos niveles de temperatura apropiados es tarea del Responsable Energético de tu edificio. Acude a él si observas un incremento o decremento de temperaturas significativo.
Está constatado que una variación de 1ºC genera un ahorro entre un 6% y un 10% en climatización. La existencia de aparatos como termostatos, interruptores, programadores horarios…permite un uso y control más efectivo de la temperatura y energía que se invierte.
- Apaga, si está en tu mano, aquellos aparatos eléctricos que no se estén utilizando (lámparas, fotocopiadoras, impresoras, ordenadores). Además de su propio consumo, estos aparatos generan calor en el interior de las oficinas, aumentando la demanda en refrigeración.
- Es importante conseguir que las puertas al exterior y ventanas estén cerradas cuando están en funcionamiento los sistemas de climatización. Atiende a los consejos, comunicaciones y carteles de tu organización. Parte de tu responsabilidad es la implicación y la concienciación de tus compañeros.
- Si tu edificio posee radiadores, no los cubras ni ocultes con objetos que estorben una buena difusión del aire caliente. Resulta conveniente para la regulación y optimización del consumo energético del edificio que dichos radiadores posean válvulas termostáticas.
- Se ha detectado que una gran parte de la energía consumida para climatizar un edificio se realiza en horarios fuera de actividad (hasta el 50%). Tener programado el sistema de refrigeración/calefacción permite adaptar el horario de funcionamiento de éste al horario laboral. Por tanto, muchas veces resulta mucho más barato tener instalado un sistema de control de encendido/apagado.
Otra forma de ahorrar energía es controlar la calefacción o refrigeración por zonas ocupadas, en época de vacaciones, etc., y en especial, ajustar la temperatura en zonas de paso (pasillo y escaleras) e incluso considerar deshabilitarla (archivos y almacenes). - Si en tu oficina, despacho o planta se utilizan sistemas para la climatización, el último en salir debería apagarlos al marcharse. Este gesto puede suponer como mínimo un ahorro de 0,5kWh por estancia y hora.
- Algunos aspectos a tener en cuenta a la hora de comprar o sustituir equipos de aire acondicionado:
- Existe una relación entre la superficie a refrigerar y la potencia del equipo. No deben adquirirse equipos en los que la potencia difiera notablemente de la que se necesita.
- La orientación de las dependencias, su posición y la existencia de fuentes de calor, como sistemas informáticos o de comunicación deben tenerse en cuenta debido a la gran cantidad de calor que emiten para su refrigeración.
- Es recomendable asesorarse con un experto en climatización.
- Si la instalación todavía dispone de sistemas de refrigeración compactos, se deben sustituir por otros partidos en los que el condensador es exterior. Son menos ruidosos y más eficientes.
- En aquellos casos en los que el sistema sea centralizado pero existan sistemas individuales para fijar las temperaturas es conveniente analizar la posibilidad de incorporar un sistema de control centralizado único, que evite una mala utilización.
Fuente: Ministerio de Industria
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