La "Ciudad del Bosque" en Singapur -City Forest-, usa las plantas y
árboles de una manera única. Las autoridades inauguraron el año pasado
los jardines por la bahía -Gardens by the bay- , un complejo de un
millón de metros cuadrados (unos 250 campos de fútbol), con el objetivo
de reducir efecto calor de la isla.
La
pieza central de los jardines de la Bahía es un atrio de vidrio que
alberga aproximadamente 220.000 tipos de vegetación, o el 80 por ciento
de las especies vegetales del mundo, según el Consejo Nacional de
Parques de Singapur.
Fuera de la vorágine de plantas, hay un bosque de "
18 superárboles"
- jardines verticales de hasta 50 metros de altura que capturan el agua
de lluvia y están cubiertos con paneles solares que proporcionan
energía suficiente para iluminar los árboles por la noche.
El
efecto calor isla se produce en paisajes urbanos que se caracterizan por
tener pavimento, asfalto y hormigón -todos ellos materiales que pueden
absorber el calor. La temperatura media anual de una ciudad de un millón
de personas o más, puede ser de hasta 3 ºC más que en las zonas rurales
circundantes, según la Agencia de Protección Ambiental de EE.UU. Este
aumento de temperatura, provoca que durante el verano, la demanda de
energía aumente, provocando incrementos en el consumo debido a un mayor
uso de los sistemas de aire acondicionado con el consiguiente incremento
en las emisiones de gases de efecto invernadero.
Además, el
valor de la vegetación en las zonas urbanas va más allá de refrigeración
y sombra, puesto que puede ayudar a mejorar la calidad del aire y el
agua a través de mecanismos de filtrado naturales.
Un nuevo
estudio publicado en la revista Environmental Science & Technology
muestra que la hierba, hiedra y otras plantaciones urbanas, además de
árboles, pueden reducir los niveles de dióxido de nitrógeno y otras
partículas atmosféricas en hasta un 40 y 60 por ciento respectivamente.
Ambos son contaminantes que puedan ser nocivos para la salud humana.
Fuente: National Geographic